Esto se debe a distintos factores, que obviamente, procederé a comentar (así por lo bajo) en este humilde espacio, pero ojo! no se lo digan a nadie... y si alguien trabaja para el estado, bueno... lo compadezco.
Para empezar digamos que en el estado, todo lo que requiere un mínimo de diez personas para realizar el trabajo, recibe a cambio tres, con suerte cuatro. O sea, es como si se necesitaran 60 watts para encender una lamparita, y la empresa de energía eléctrica no les da la tensión suficiente como para que ilumine por completo. Lástima que en vez de hablar de luces, hablamos de la educación de los niños, la salud de nuestros enfermos, la seguridad y el estado general de pavimentación de las calles, los puestos callejeros de choripanes en condiciones de salubridad, y la existencia de esos equecos inflables frente a todos los estacionamientos de la ciudad...
Entonces ya arrancamos mal... pero eso no es todo amigos, aún hay más... aparte de ser un tercio de las personas que deberían normalmente hacer el trabajo, dos de esas personas son ineptos que en el ámbito privado habrían sido despedidos sin piedad, pero que gracias a la estabilidad laboral que brinda papi estado, siguen como parásitos del sistema, agarrados como garrapatas de las gónadas de los impuestos recaudados mensualmente con el aporte de todos, riéndose perversamente en sus escritorios, mirando sus sellitos, tomando mate dulce y pidiendo medialunas de manteca a la confitería de la esquina, utilizando esa grasa acumulada para soportar un posible invierno eterno que llegará el día en que se acabe el "VIVA LA PEPA" en el estado (algún día espero que ocurra).
Aparte de todo esto, imagínense que los salarios que perciben los empleados y funcionarios estatales en más de un caso (docentes, médicos de hospitales, policías, judiciales) resultan ser por debajo de lo que gana un barrendero en relación horas de trabajo / dinero. Si bien claro, lo compensan con algo "mejor" aún, vacaciones extensas, o una jornada reducida, la realidad es que no se compensa demasiado por la carencia de personal mencionada precedentemente. Entonces, de qué me sirve irme de vacaciones un mes, si cuando vuelvo se me prende fuego la oficina -y por ende me termino tomando pequeñas dósis de vacaciones para evitar el armagedón-,
El escalafón de ascensos claro, uno ingresa al estado con la promesa de "posibilidad de ascenso", o "hacer carrera", como en cualquier otro ámbito de trabajo, donde uno se esfuerza, cumple antigüedad, y de acuerdo a su capacidad, logra obtener un tan esperado y merecido ascenso. Bueno, en el Estado es algo diferente, para empezar, uno puede pasar una vida esperando el ascenso con una carita sonriente, pero saben qué? no va a llegar así como cuando uno creía que el 25 de diciembre el famoso Papá Noel, con su traje invernal de pleno verano en este hemisferio sur iba a venir a nuestro hogar a traernos ese juguete que vimos durante meses en las publicidades de la tele, y en cambio... vino la Tía Carlotta y nos trajo un par de medias... y de esas que dicen "Paddle" o algo que uno puede detestar con facilidad. Para obtener un ascenso hay que ser amigo de alguien, ojo que esto sirve para el ámbito privado también, pero digamos que en el Estado es más importante que uno tome mate todas las mañanas con su jefe y se ría de cómo le quedó el pelo verde por haberse pasado el fin de semana en la pileta de la quinta de Juanito que tenía mucho cloro -mientras uno recuerda internamente que el fin de semana anterior se la pasó mirando películas antiguas en el cable tirado en la cama porque no le alcanzaba el sueldo para subsistir-, que trabajar el triple de lo que cualquier otro en la oficina puede.
Entonces si uno confía en el sistema, labura como chino, y cumple a rajatabla todo lo que le piden, JAMAS obtendrá un beneficio/ascenso/aumento, pero si uno es una rémora de los impuestos del pueblo y se la pasa conversando cosas sin sentido acompañadas con mate y galletitas con su jefe, es entonces que tiene una clara oportunidad de ser notado, y obtener un beneficio.
Lo interesante es que todo ascenso no depende de su jefe por lo general, no es que uno va y le dice a su superior jerárquico "deme un ascenso por favor!" y si los planetas estan alineados se lo da, sino que depende del jefe, del jefe de su jefe, o sea una persona sentada a cientos de kilómetros de donde usted trabaja, y que no lo conoce, pero que claro, evaluará si a usted le corresponde claramente ganar unos pesitos más para aguantar hasta fin de mes.
Esto no les parece lo suficientemente ridículo o desalentador? bueno, aún hay más, no solo que el jefe de su jefe de su jefe no tiene ni idea de quién es usted, ni cómo trabaja, sino que encima de todo esto, se la pasa el 99% del año laboral sentado en un escritorio, haciendo absolutamente nada, desconociendo en absoluto quién trabaja o cómo trabaja para el estado, pero poniendo firmitas y sellitos, al estilo "Tammy Oficinista", jugando con el destino de las personas, diciendole SI o NO a los pedidos de ascenso indiscriminadamente, dependiendo del humor con el que se levantó o con la excusa de "no hay presupuesto" que es la clásica, digamos que en el estado, NUNCA hay presupuesto para que algo funcione, es un misterio saber qué es lo que ocurre con el presupuesto del año, yo creo que apenas se aprueba, lo gastan todo en papel picado o confeti, porque nunca, haya crisis, superávit fiscal, caiga un asteroide en medio del congreso, va a ser suficiente para algo que usted necesita, es como una ley de Murphy inquebrantable.
Es así que quien suscribe ha probado las delicias del sistema, siendo un público servidor durante dos años y medio de trabajo gratuito, porque claro, no sea cosa que te paguen por hacer tu trabajo, y encima de esto, agreguen 7 años más de empleado efectivo del estado en el mismo rango jerárquico, cobrando un sueldo miserable que es igualito al de alguien que entró a trabajar ayer, solo que le sumamos unas chirolas por antigüedad y permanencia. En nuestro reglamento consta la "CARRERA" como un ítem a favor del empleado, pero la única carrera que vi acá fue la que hice un día hasta el baño cuando me había quedado flojito el vientre por comer unos sandwiches de jamón húmedo del supermercado chino.
Así que no solo en siete años no recibí más que una palmadita en la espalda, sino que encima recibo reproches, por parte de los superiores, quejándose de mi horario de ingreso, claro que llego tarde, si con este panorama nadie quisiera salir de su cama para vivir una y otra vez el mismo día de su vida, como si fuera un juego perverso y macabro, donde uno hace absolutamente lo mismo todos los santos días de trabajo por el resto de su vida, no importa si llueve, truena, o graniza, uno se sienta en el escritorio -en mi caso con forma similar a un cajón de manzana, hecho de madera no muy bien pulida-, en una oficina de 2 x 2.5 mts. donde comparte el oxígeno con dos personas más, no tiene luz natural, ni ventilación, pero tiene un ventilador de pie que gira, porque el otro ventilador se cayó al piso en un terrible accidente y nunca pudo ser repuesto por falta de presupuesto. Aire acondicionado? permítanme reirme, con un poquito de triste realidad en el tono... JAMAS! Pero eso si, es un ámbito libre de humo... porque claro, podemos trabajar sin oxígeno, sin ventilación ni iluminación natural, pero si prendemos un cigarrillo acá somos suicidas -que realmente igual lo hacemos porque no nos queda otra opción para quitarnos la vida-.
Ahora bien, con todo esto, sumado a que la gente no ayuda a que el trabajo sea más ameno, digamos, la gente "NO ESTATAL", llamémosla así, ingresa a cualquier dependencia del Estado, y pretende ser atendido como en un Mc Donald's, cuando aquí el lema no es justamente "Calidad Servicio y Limpieza", sino que por el contrario se trata de "Con lo que gano, gracias que me puse de pie para atenderlo". Entonces el que está a cargo de la atención al cliente, que siempre resulta ser el de menor jerarquía, y el que mayor esfuerzo tiene que hacer, porque ya no depende de su jefe su desempeño, sino de un ciudadano que ya viene mal predispuesto, porque ante la decepción de no encontrarse con un chico con una gorrita y un pin que le diga "En qué puedo ayudarlo?" con una sonrisa dibujada en el rostro, sino más bien con una mujer obesa que no ha tenido relaciones sexuales en 2 años, con un pantalón que está por explotar que le aprieta los ovarios y la hace sentir tan cómoda como caminar sobre brasas calientes, que hizo un terrible esfuerzo para decidir si levantarse ese día de la cama o quedarse llorando abrazada de la almohada, y que encima tiene que cubrir a algún compañero que pidió licencia por exámen, por enfermedad psiquiátrica, por el período de adaptación de sus hijos en el jardín de infantes, por embarazo, o por ir a comprar azulejos al Easy...
Así y todo, el "NO ESTATAL", ya viene ofuscado, ya enojado con la vida, con la situación de tener que acercarse a una oficina para hacer algún tipo de trámite que no puede hacer por internet, ni por teléfono, y que si se lo confían a un gestor quizás les haga cagadas... y se topa con esa masa deforme de penas, aburrimiento, rutina y desidia, que lo atiende con menos ganas que la Bolocco de dormir con Menem. Y se queja, se enoja, refunfuñea, se ofusca, y desquita con este pobre último eslabón de la cadena evolutiva del estado, que tiene el poder para hacer su trámite algo más ameno, o un verdadero infierno, dependiendo de cómo se lo encare.
Si uno arranca con el pie izquierdo, un sencillo trámite que puede durar unos 5 minutos, terminaría durando unos 2 años y medio, porque ese pequeño monstruo que está frente a ustedes, tiene la facultad de arruinarles con facilidad la vida, y rebotarle su papeleo o pedido porque.. no se, lo hizo con tinta azul y no con tinta negra, entre otras cosas.
Sin embargo si uno es amable con ellos, y le ofrece una sonrisa y comprensión, esta masa de impuestos impagos puede claramente agilizar todo y aconsejarle incluso cómo ahorrar tiempo para lograr su cometido y volver a casa, su oficina, la escuela o spa de donde salió para ir hasta allí. Pero claro, no todos son tan astutos como para percatarse de ello, y creen que con insultarlos o pedir hablar con un superior ante cualquier contingencia lograrán su objetivo, lo que no saben es que son todos colegas, compinches, y el empleado al buscar al superior lo pondrá sobreaviso de su "mala actitud" para con él, lo cual desencadenará en la misma respuesta negativa, pero con mayores modales digamos.
Ilusos de aquellos que creen que pataleando conseguiran rápidamente lo que fueron a buscar, con un mero suspiro como diciendo "Ufff..! hace 3 horas que estoy esperando acá", lo único que conseguirá seran 3 horas más de espera por siquiera poner en duda la efectividad de quien lo atiende, y el comentario interno, quizás incluso delante suyo, donde se refieran hacia su persona como "Aquel imbécil que rompe las pelotas"
Por eso mi consejo es simplemente mantengan la calma, una oficina del estado no es ni remotamente cercano a lo que es un Mc Donald's en cuanto a organización, sistema de ascensos, etc., sino que por el contrario, es la pesadilla de cualquier ser humano, si no le ponemos un poquito de "onda", puede terminar en una terrible tragedia, o simplemente en años de espera para obtener resultados. Con una sonrisa y no impacientándose en la espera, lograrán que se los atienda con mejor predisposición que aquel que está a los gritos, o comentándole a la señora de la fila "NOS TRATAN COMO GANADO... NO VE DOÑA?".
En la película BeatleJuice de Tim Burton, trabajar para el estado -en el otro mundo- era la penalización por haberse suicidado, creo que eso explica mucho lo que aquí traté de explayarles.
Desde ya espero sus comentarios, lamento no haber podido escribir antes, ando medio carente de inspiración, necesito más odio acumulado para descargarlo por escrito, veré de acercarme más a la gente de ser posible para obtener nuevos y alegres materiales humorísticos...
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