miércoles, 4 de abril de 2007

Happy Days!

Felíz último día hábil de la semana para muchos, y para otros tantos, un día más de esta semana a costas de la envidia para con los primeros, que parten rumbo a la costa, Santa Terracita o Punta Terra a llenarse las zapatillas de arena y bronceador, rodeado de personas del sexo opuesto a quienes frotarles aceite.
Sinceramente no se por donde empezar con este relato de lo ocurrido entre ayer a la tarde y hoy. Pero voy a hacer un esfuercito (escupo las palmas de mis manos y las froto, a la vez que me sueno los dedos -aunque dicen que eso favorece a la artritis, pero qué más da a esta altura una mancha más al tigre...-).
Ayer cuando me fui sonriente de este infierno oficinístico, abordo de mi bólido, tempranito (porque el divino de mi jefecito se pidió estos dos días hábiles para hacer de las suyas y todos huímos despavoridos como el gato cuando te ve llegar a casa después de haberte defecado arriba del sillón), tuve la feliz idea de extraer efectivo del cajero automático, de más está decir que había una linda fila de personas, compuesta principalmente por docentes de avanzada edad que demoraron el proceso. Digamos que siempre consultan el saldo antes de hacer la extracción, como si mágicamente un duende les depositara más dinero del que ya tenían durante el transcurso del mes. Seamos sinceros, es al pedo mirar el saldo, de hecho, al hacer la extracción nos marca el saldo restante, entonces carece de sentido, su único propósito es fastidiar a los pobres inocentes que esperan detrás en la fila.
Como tuve mucho tiempo libre me dediqué a mirar los cartelitos que pegan en las cercanías de los ATM, y luego de ver la jugosa recompensa por el sr. Lopez, vi otro cartel (que ya lo venía pispeando desde hace unos meses) un tal (llamémosle) "Robertito" de ocho años que gracias a un "LOCO AL VOLANTE" tuvo un problema motriz y no se que ocho cuartos, y como la recuperación es costosa, abrieron una cuentita para que los bondadosos depositen.
Me pregunté en ese instante lo siguiente:
1-Qué carajo hacía un pibito de 8 años cruzando la calle solo, dónde andaban los padres? abriendo la cuenta para una prótesis dental de la abuela Rodolfa?.
2-Quién está más loco? el infeliz que iba a 60 km/h por una avenida? o los padres que no solo dejaron a Robertito solo, sino que no tenían obra social.
3-No tenía seguro el "LOCO AL VOLANTE" para que pague el tratamiento de Robertito? en su caso, iniciaron algún tipo de demanda? o me van a decir que encima que Robertito cruzó solo la Avenida, los padres ni siquiera estaban cerca para ver la patente del auto que lo llevó puesto?
4-Existirá Robertito? o será simplemente un "Cuento del Tío" para que los giles de buen corazón les dejen platita a los "padres" en la cuenta bancaria, por qué no ponen el DNI o al menos el apellido para saber si se trata de una persona física y no un invento del Marketing Estafador?.

Bueno, mientras meditaba al respecto, llegó mi turno, y logré alimentar un poco mi billetera, al menos durante unos días hasta que lleguen las habituales cuentas a pagar por debajo de la puerta (creo yo que es una creatura mística que siempre los tira y se esfuma entre las sombras, una suerte de Ratón Perez de las obligaciones, bah, seamos francos, es el encargado del edificio... pero cómo explicamos nunca haberlo encontrado "In Fraganti"?)

Al concluír, con tanto dinero en mano, me agarró un delirio de James III, y me fui a un Musimundo cercano a comprar un teclado nuevo (el mío ya no quería más sopa, maldito hábito de sostener el cigarrillo mientras tipeo, causal de teclas derretidas y estancadas en el fondo, emparchadas en su mecanismo con resortes de biromes chinas para que reboten un poquito). Tras mirar varios modelos haciéndome el importante (como si pudiera pagar lo que vale el que le sigue al más barato) agarré el más chino posible y entregué mi tarjeta "SUMA PUNTOS" que tengo al pedo en la billetera (pa hacer facha). Jamás pude sacar ningún beneficio con esa puta tarjeta, pero igual la entrego cada vez que voy, por suerte al menos no me ofrecieron un CD de Chiquititas a mitad de precio al pasar por la caja. Obviamente al salir sonó la alarma porque la tontita que atiende no la desactivó, me hice el pelotudo y seguí de largo al ver la cara de la cajera como diciendo "ta todo bien... andá purrete..." (la próxima me guardo algún CD y compro algo más barato para que me desactiven la alarma y alejarme con cara de nada por más que el loco del Handy intente apuntarme con su arma imaginaria).
Al salir feliz con mi bolsita plástica destinada al deshecho inminente, me subí a la moto, y hete aquí que tras pulsar el botón de encendido electrónico, muy moderno, se comió lo poco que había cargado la batería y no terminó de girar lo suficiente. O sea, tuve que soportar ese sonido similar a una metralleta de juguete y resignarme. Así con mis lentes espejados y mi bolsita en la mano, simulé que toda esa gente que me miraba de reojo pensando "MIRA AL PELOTUDO MOVIENDO UNA MOTO DE 200KG." no existía, o que estaban todos desnudos, claro, desnudos!
Supongo que la batería no cargó lo suficiente después de los días de lluvia y el satelital activado y blah blah.. en fin, ni yo lo creo, la verdad que está maldita, algún sacerdote Voodoo le tiró un gualicho que me persigue hasta los confines del universo.

Luego de avanzar a paso de hombre, a 200mts. vi mi salvación, una bajadita, donde podía ganar velocidad para intentar arrancarla al estilo Fiat 600, empujando y tirando cambio. Se trataba de un estacionamiento, siendo que el hombre de la garita al verme subir empujando me hizo señas y gritó un "NO NO QUERIDO, ACA MOTOS NO!!" (otro beneficio exclusivo del motociclista). Luego de explicarle al sujeto en cuestión que necesitaría su rampa para intentar poner en marcha el artefacto, se quedó atónito intentando pensar si realmente era eso lo que buscaba, o si estaba dispuesto a atracarlo y sustraerle sus pertenencias con mi bolsita plástica a modo de arma de fuego.
Comencé mi arduo esfuerzo, empujando incontables veces la motocicleta por dicha rampita para ganar envión y así pasar el cambio, pero no funcionó, de hecho, un transeúnte "GENTIL A MEDIAS" me empujó unas.... dos veces creo, y desistió, retirándose a la vez que me decía algo así como "BUENO, SINO DEJALA AHÍ UN RATO... NO SE...". Por mi parte pensaba que quizá podría haberme dicho una mejor excusa para dejarme abandonado con un vehículo en emergencia.
En un instante pensé en llamar a la grúa del seguro, pero luego recordé que mi seguro solo cubre lo básico, y la grúa es un lujo para los ricachones acaudalados que compran teclados de 200 pesos.
Así las cosas no me rendí facilmente, y lo intenté unas 30 veces más, a la vez que tenía que ver a los genios de la mecánica que pasaban y hacían simpáticos comentarios como "CHE, QUÉ PASÓ? PARECE QUE NO QUIERE ARRANCAR, YA VAN VARIAS VECES QUE TE VEO INTENTANDO..." los cuales contestaba con una simpática sonrisa opacada por el sudor de la tarde de "otoño bonaerense" bajo el sol, a la vez que pensaba en cómo destriparlos y arrojar sus vísceras a los gatos que viven en la estación de Once.
Creo que en el intento 491 amagó a arrancar, pero dado que pasó un colectivo muy cerca mío tuve que frenar y perdí la marcha, así que nuevamente hice otros 3 intentos y PRESTO! arrancó, tuve que acelerar como un perro para que la batería cargue algo al menos.
Al llegar a casa tuve que bañarme -otra vez- muy a mi pesar, pero sin opción alguna. Tonto de mí creí que todo había terminado allí... pero siempre la vida nos da esas agradables sorpresas.

Hoy, felizmente mientras transcurría mi horario oficinístico, un sujeto amable me pidió que lo acompañara para "mostrarme algo", por su mirada intuí que no se trataba de algo bueno, pero sin embargo accedí. Cuando llegué a mi lugar habitual de estacionamiento de la motocicleta, noté que tenía una luz de giro y un pedal de apoyo estropeados por completo. El sujeto "SEMI GENTIL" intentó explicar que no pudo verla (a pesar que sabe que siempre está allí estacionada) porque iba marcha atrás con su camioncito, y ofreció en voz bajita y muy rápido pagar por la reparación (cosa que seguramente quedará en el olvido, de hecho ya debe estar en su casa mirando alguna novela de la tarde, y no recordará en absoluto lo ocurrido). Felizmente a modo de consuelo de tontos pensé "PODRIA HABER SIDO PEOR", y volví a llamar a MI AMIGO el mecánico para que me auxilie, ya que el fin de semana largo está en puerta, y yo sin móvil no paso de un triste peatón o usuario del transporte público de pasajeros, cosa que detesto revivir (porque yo pagué para poder tener ese estúpido vehículo y NO LO PUEDO USAR gracias a otro estúpido "no vehículo").

En definitiva, la moraleja es "SIEMPRE PUEDE SER PEOR", y vivieron infelices por siempre.

Ah, casi me olvido, FELICES PASCUAS, LA CASA ESTA EN ORDEN, y UN MEDICO A LA DERECHA POR FAVOR.

1 comentario:

Ivan Nadim dijo...

he visto hombres correr sujetando su motocicleta para luego en un increíble acto gimn´ñastico subir de un salto a la misma, mientras aun se mantiene en movimiento y lograr su objetivo. que la moto arranque. siempre me asombró la destreza corporal de la todos. creo que lo mejor hago, es escribir con "cierta" rapidez en el teclado. buen post. me invitó a leerlo hasta el final.