lunes, 19 de febrero de 2007

Una noche típica!

Buenos días señoras y señores, aquí les escribo desde el laboratorio submarino que tengo aquí en mi oficina.
Para empezar quisiera aclarar que felizmente no pude descargar mis letritas antes, gracias a la operatividad laboral que me rodea, pero por suerte, ahora tengo esa oportunidad fabulosa y no la voy a desaprovechar.
Hoy para variar y dejar de hablar de cosas abstractas, les voy a narrar lo que para algunos puede ser una pseudo película de terror, o un capítulo de "Roncho, El Perro Malapata" o "El Chico Migraña" (solo para entendidos). Pero para mi simplemente resulta ser una noche más de interminable diversión saludable.
Digamos que hace unas semanas atrás un grupo de "cyber-amigos" (ojo no confundir con los reales porque esos son más aburridos, sin magia virtual y patadas voladoras aéreas en cámara lenta) decidimos encontrarnos en un lugar para pasar una noche alocada llena de acción, emoción y quizás algunos tragos y triste realidad.
El problema es que dentro de este grupo de gente, se encuentra un muchacho que aún no ha cumplido los 18 años (dejen sus ideas pedofílicas de lado), y por ende los lugares donde solemos concurrir no pueden ser disfrutados por el niño, quien al serle requerido su DNI es automáticamente expulsado con una pequeña aunque dolorosa patadita en el coxis.
Es así que optamos por concurrir a un lugar fantástico, la tierra de los sueños, mejor conocido como "DreamLand", al cual había ingresado semanas antes del encuentro uno de los cyber-amigos, y comentó que allí los menores de 18 pueden ingresar sin ningún problema.
Es así que decidimos ir a este lugar con tiempo de sobra, de hecho me tomé la molestia de ingresar a la página de internet que tienen, para notar algún tipo de irregularidad, y allí rezaba "acceso permitido a mayores de 16 años", con lo cual me quedé más que conforme, incluso hasta me tomé el atrevimiento de imprimir un cupón de descuento en vano, pues era para ser utilizado antes de las 2 AM, cosa que nunca se daría pues nos ibamos a encontrar a la 1 AM (lo que implica una hora de demora en llegar todo el grupo ipso-facto).
Para empezar, se que algunas personas no querrán leer este tramo que a continuación se transcribe, así que aviso, saltéenlo.
El día del asunto, viernes, estuve en la oficina de la alegría, disfrutando una agradable guardia desde las 7.30 a las 19.30 hs., en compañía de gente con vocación que desea aprender sobre el grato trabajo que realizamos día a día, aunque parezca mentira; agotado, con mis últimas fuerzas llegué a mi hogar (o mejor dicho, al departamentucho donde vivo), como siempre, el "Ayudante del Encargado" a quien conocen todos como "Toto", me confunde, y me saluda al grito risueño de "Cristian!"... NO SOY CRISTIAN TOTO!, no entiendo aún si es un clon mío que deambula por las noches en el edificio a quien apodaron de esa forma, o si el viejo ayudante esta padeciendo cataratas, o inventa nombres a la gente por el mero placer de irritarlos hasta que colapsen y comiencen a arrojar mobiliario contra las paredes. Luego de todo este análisis interno, le respondo a Toto "HOOOOLA TOTO" con mi mejor cara de feliz cumpleaños, apretando fuertemente mis dientes mientras extiendo mi mano para estrechar la suya. Como siempre, Toto me habla trivialidades, por ejemplo aquella vez, que me contó que dos vecinas del 6º J ejercían la prostitución en el edificio y que valientemente él las intimidó para que desistieran de su deshonesta labor en las facilidades de la PH (Toto... siempre avisa tarde encima...).
Luego de ello procedí a llamar el ascensor, el cual había partido de la PB hacia el infinito instantes antes que pudiera tomar control de la puerta, todo gracias a saludar a Toto... "maldita sea" (pensaba mientras cerraba mi puño y lo agitaba en vano en el aire).
Una vez arribado el vehículo siniestro del edificio, llego a mi humilde morada, donde mis planes eran dormir para luego despertarme a la medianoche y salir al encuentro (esto todo fríamente planificado, ojo, nada de improvisar). Obviamente al llegar, todo aquello que había planeado se fue al diablo, para variar, mi queridísima novia hablándome de su día y diciéndome que no vendría a la reunión de esa noche, por qué? no lo se, para qué me lo cuenta? tampoco lo se... en definitiva un misterio para el género masculino entender el por qué de las inútiles charlas femeninas mientras uno está tratando de taparse los oídos con la frazada y conciliar el sueño. Cada vez que mi novia terminaba una frase e intentaba respirar, hacía comentarios alusivos a mi atención a la charla similares a "aha.. si.. claro" y a pesar de mi evidente falta de escucha, la conversación continuó ad-eternum... hasta que finalmente y gracias al fuertísimo poder somnífero de la voz femenina que me recuerda aquellos momentos en que era feliz nadando en líquido vizcoso en el vientre de mi madre, realizó el truco y terminé dormido profundamente. Ustedes saben, cuando yo duermo nada ni nadie pueden despertarme, entonces previo a quedarme truncado, puse el despertador, el teléfono celular, y encima avisé a uno de mis "cyber-amigos" que me llame para evitar el sueño profundo.
Así las cosas, siendo las 00.00 hs. del sábado ya, el teléfono sonó, y salté disparado (obviamente las alarmas no tuvieron efecto alguno sobre mi persona) y comencé a hablar pavadas en voz alta al teléfono. Mi novia, dormida y tapada hasta la cara. Seguí hablando tranquilamente por teléfono dando por cierto que mi novia no vendría conmigo. Instantes después, el horror, el grito desde el cuarto diciendo "PODES CERRAR LA PUERTA QUERIDO QUE QUIERO DORMIR, APARTE SE VAN A VER EN UN RATO" intenté responder del mismo modo, pero repentinamente y por desgracia noté que ella estaba en lo cierto, nos veríamos en poco tiempo y no tenía sentido alguno hablar por teléfono. Esta actitud hizo que saliera disparado a bañarme, no sin previo insistir una vez más que era mi deseo que me acompañe en tan divertido encuentro, invitación que obviamente fue rechazada con una enroscada de frazadas.
Me bañé, me perfumé, me pinté, erm digo, me peiné, y cuando estaba dispuesto a retirarme fui a saludar a mi queridísima compañerita. Me saludó con un desprecio tal, que noté su ira a kilómetros, así como cuando vienen esos terremotos gigantes en las películas apocalípticas. Sin embargo solo me limité a despedirme, y ella me pidió unos pesos para pedirse una pizza (a la 1 AM... no hay pizza, un momento).
Pregunté con la mano que me temblaba, a dónde vas a pedir pizza a esta hora?, a lo cual me respondió "no... voy a un bar a comer pizza". De más está decir que mi respuesta fue agresiva y tratando de recordar mis palabras exactas fueron "VOS SALIS A COMER A UN BAR SOLA, Y YO TE MATO".
Con esa frase hostil, me retiré no sin antes prender un cigarrillo, y al hacer unos 50 mts. mi celular comenzó a sonar... m.. la niña.. m... qué querría decirme tan importante que no me lo dijo 5 segundos atrás, cuando estaba a su lado... m... bueno, para no dejarlos en suspenso me dijo "QUIERO IR, NO ME PREGUNTASTE SI QUERIA IR" a lo cual recordé con facilidad unas 438 veces que insistí en su compañía, pero sin perjuicio de ello, parece ser que por un extraño motivo, esas veces que lo dije en voz alta, en realidad lo estaba pensando, y todo era un producto de los alucinógenos que estoy tomando para no matar gente a troche y moche, porque nunca fueron registrados por los simpáticos oídos de mi queridísima señorita.
Bueno, luego de una charla que casi me lleva al punto de ira en que empiezo a patear gente en los tobillos, seguí mi camino, con el celular pegado a mi oído (húmedo ya de tanto hablar) y diciendo.. "BUENO, QUE VAS A HACER, VENIS ENTONCES? DECIDITE, DECIME QUE HACES Y LISTO", y en ese momento no va que veo un auto que me resultó familiar... quién podía ser... mi jefe... en una farmacia con su esposa comprando un antibiótico.. a la 1 AM... coincidencia? no.. quizás fue como una pequeña visión del futuro, me veía a mí mismo en ese auto, a la 1 AM de un sábado llendo a comprar remedios... con unas ojeras terribles de no haber podido dormir en varios días... y cara de pocos amigos, dispuesto a vender mi alma a quien me quite de ese padecimiento.
Lo positivo fue que mi jefe y su amable esposa me alcanzaron 3 cuadras hacia el lugar donde debíamos encontrarnos, un McDonald's.... Por Dios, creo que si hay un McDonald's diseñado para irritarme, es ese, paso a enumerar por qué:
1-Antes que el sr. Tellerman prohibiera fumar en locales cerrados en la C.A. de Buenos Aires, ese McDonald's en particular que ni siquiera está en la ciudad en cuestión, prohibió que se fume en cualquiera de sus sectores, tornando nuestra pacífica comida en una pelea por huír del establecimiento lo antes posible, y si nos llevamos la gaseosa en la mano para el camino, mejor.
2-Siempre que pido pollo, parece ser que la Gerente aprieta un botón rojo o algo así que dice "ARRUINELE EL DIA A ESTE INFELIZ", porque siempre debo esperar unos 10 minutos, y siempre pido pollo. Maldita sea!! antes daban algún obsequio por la demora, pero ahora, ni siquiera eso, sino muy por el contrario te solicitan que te alejes de la caja (será por la cara de maniático enfermizo), y a lo sumo te dan una extraña explicación del por qué del asunto (obviamente tenía que preguntar después de un año de esperar mi pollo). Aparentemente cuando yo pido el menú, siempre resulta que no hay ninguno listo, y lamentablemente el pollo parece ser una de las cosas que más tardan en preparar. La verdad, deplorable.
3-Quise entrar en una ocasión con mi motocicleta de gran cilindrada al estacionamiento, pero sin embargo el simpático guardia de seguridad me obligó a dejarla donde van las bicicletas... deplorable señores.
4-Cuando paso por el auto-mac con esperanzas de salir rápido para no generar un embotellamiento de clientes enfurecidos, victorioso con mi pollo, me hacen esperar igual, o peor, y encima me hacen dejar la moto en marcha los 10 minutos de espera mientras me piden al final del tramo que me aparte, para atender a todo el mundo que llegó después que yo.
5-Cuando una vez intenté llamarlos por teléfono para pedir una "Mc Entrega" y así evitar esos 10 minutos de espera innecesarios en la fila del local comercial, la recepcionista simpáticamente me dijo "UNA MAC QUE????" a lo cual tuve que colgar el teléfono sin piedad e intentar clavarme la antena del teléfono inalámbrico en la yugular, sin éxito porque es retractil claro.

Bueno, la cuestión es que en dicho lugar nos juntamos todos, bah afuera del lugar, y faltaba llegar uno nomás. Yo obviamente no había cenado, recién me había despertado. Intenté hacer la fila y no pedir pollo mientras me clavaba las uñas de los dedos de la mano, en mis palmas (bueno, ni tanto porque me como las uñas, no esperen sangre). Suena nuevamente el teléfono celular, era la niña deseaba continuar con la charla interminable interrumpida por el encuentro con mi jefe, a la vez que yo veía como todo el mundo en el local me miraba (se ve que era por mi cara de desesperación, o mi grito silencioso pidiendo auxilio). Terminé la fila con el teléfono en mano, pagué, recibí el vuelto, guardé hasta la última moneda y me senté... obviamente con el teléfono. Ustedes en este punto preguntarán "QUE HABLARON", simple... de nada concreto, la niña me pidió mi "OPINION DE HOMBRE" respecto a que si debía o no venir, dado que eramos todos cyber-amigos (sin ninguna amiga... o sea, puro olor a gónada sudorípara). Yo obviamente traté de dejar en claro que ella estaba invitada a concurrir, y que dado que ella conoce a mis "cyber-amigos" podría también participar de la velada sin ninguna mirada sobre el hombro.
Aún así.. parece que debía decir otra cosa, o marqué fuera del casillero del multiple choice endemoniado que su conversación ponía en tela de juicio, lo cual hizo que la charla se transformara en una versión pseudo-violenta del "CUENTO DE LA ABUELA PIPA".
mientras intentaba terminar de comer, pedí por favor que la charla concluya lo que accedió a hacer (gracias a Dios) y pude comer la maldita hamburguesa, pero ojo, sin una pajita ni servilletas, porque de esas no te dan más parece allí tampoco. Me levanté a buscar servilletas de papel y un popote, pero solo conseguí el último. No había servilletas.. en definitiva salí con mis manos grasosas rumbo al baño, momentos en que volvió a sonar el teléfono. Tomé la gaseosa y las papas fritas y me dirigí al exterior. Las papas las acabaron mis "cyber amigos" y la gaseosa me duró menos que un pedo en un canasto.
La charla esta vez fue para saber donde debíamos encontrarnos (con la señorita claro) quien decía de ir directamente a "Dreamland", a lo cual le dije que venga al McDonald's (que quedaba de paso hacia el destino final) y así salíamos todos juntos. Obviamente mi grito desesperado por comprensión no llegó nunca dentro de la botella a la orilla del continente, y la decisión fue encontrarnos en Dreamland.
Al llegar sin más trámites vimos una fila interesante, mis cupones de descuento en ese entonces eran obsoletos, así que lo que menos me preocupó fue el horario. La señorita finalmente arribó a destino y se tranquilizó unos instantes.
Mientras estabamos en la fila, no pude obviar la gran cantidad de guardias de seguridad. Pero no son aquellos antiguos "SINCOGOTE" o "ROPEROS", estos eran más frágiles, creo que hasta Angelito el Verdulero podía ser personal de seguridad del lugar.
A todo esto, los simpáticos sujetos comenzaron a instigarnos a circular, utilizando sus dedos índice y mayor a modo de picana imaginaria, obligándonos a movernos más rápido, a pesar que estabamos a tono con la fila, a la vez que gritaban "CIRCULEN, CIRCULEN!" con voz de vendedores ambulantes.
Al llegar al "filtro" de la entrada, donde accedías al interior del boliche, algo extraño pasó, algo que jamás hubiera esperado... uno de los guardianes del orden me solicitó los documentos... por media milésima de segundo pensé que me veía tan jóven que temían dejarme ingresar... pero luego me preguntaron la edad, respondí, y me dejaron muy en claro que no podía acceder, no por mis pocos años, sino por ser un viejo.
Así con mi cara de cachorrito que te acaba de mear en la cocina, me quedé a un lado, separado del inframundo del boliche por el brazo (o muñón) del security guard. En fin...
Tanta suerte la mía fue, que la mitad de mis cyber amigos ingresaron sin problemas, así que intenté advertirles que no ingresaran por teléfono celular... pero ya era tarde, habían pagado la entrada, así que debíamos aguardar a que disfruten su consumición al menos.
Así fue que nos quedamos los "rechazados" del sistema social parados en una esquina, a la vez que estos chicos simpáticos nos "picaneaban" con los dedos y gritaban "CIRCULEN! CIRCULEN!". Fuimos y vinimos de una esquina a la otra intentando en vano encontrar a otros cyber-amigos que también estaban dentro.. hasta que luego de 5 viajes se dignaron a salir del boliche para encontrarse con el resto de la comarca.
Nos quedamos allí esperando a los pocos que faltaban por salir, hasta que comenzó a llover... SI, así es!! por una vez en la vida el Servicio Meteorológico hace un pronóstico que se cumple.
La cuestión es que huímos bajo la lluvia hacia un bar de mala muerte sobre Av. Gaona, y al ingresar (con el pibito de 16 años medio encubierto) nos sentamos. No duramos 5 segundos antes que venga el Security de ese lugar y lo descubra al menor encubierto... otra vez afuera, rechazados por el sistema intentamos ir hacia otro rumbo, pero la lluvia se puso peor. Luego de refugiarnos bajo algunas sombrillas y perder la compostura, cuando aminoró el caudal fluvial seguimos camino, siendo rechazados por unos 4 bares más (gracias al pendejo piojoso ese), hasta que terminamos en un Bar-Pool similar a una cueva de un eslabón perdido, donde no había mucha más gente que nosotros que acababamos de ingresar, disfrutamos de una alegre música tropical que emanaba de algo similar a un parlante, pero que en realidad era un vasito con una piolita atada al tocadiscos.
Allí logramos reunirnos todos los freaks, y hasta diría que mal no la pasé, a excepción que intenté jugar al pool, con tanta suerte que mi pareja de equipo metió la bola negra en su primer tiro. Los mejores dos pesos de mi vida.

Así concluyo sin más este relato, que espero haya sido de su agrado, sepan disculpar la hora, pero tengo que irme ya a mi hogar... sin más, les dejo mis sinceros saludos a todos aquellos que se hayan sentido identificados, y espero sus agradables comentarios.

2 comentarios:

Lucila dijo...

yo creo sentirme identificada con el piojoso que los acompañó... seee tengo su edad y tengo amigos mayores... pero nos las arregamos para divertirnos juntos... pese a las dificultades que esta sociedad separatista nos impone...jajaja!!! pero de verdad me quedé bastante sorprendida por la calidad humorística del post... un poco sarcástico y un poco ácido... pero en realidad no sé si es que de verdad es altamente gracioso o que justo coincide con mi humor... el tema es que agradezco las impertinencias del destino que me hizo encontrar este blog... cómo? porque lei tu comntario en este otro blog
http://weblogs.clarin.com/podeti/archives/056727.php
y me pareció tan delirante que decidí investigar su procedencia y averiguar si su autor dedicaba algo del pulso de su vida a escribir más cosas así... mientras tanto te invito a que pases por mi blog, pero no esperes encontrar algo grande, es que nada más intento de hacerme un poco de publicidad a ver si alguien lo visita...
http://ins0mni0.blogspot.com/
(mmm... creo que puliqué el mismo comentario dos veces... no sé bien qué pasó, pero por las dudas que sobre y no que falte, chau!)

JaD dijo...

Si, vino dos veces el comentario, pero uno lo mandé al tachito. Lamento que la diferencia de edades a veces sea un problema para juntar generaciones ambiguas que hablan de temas completamente diferentes. Ahora paso por tu blog para saludar de paso.