miércoles, 28 de marzo de 2007

El fantástico mundo Universitario

Buenos días, si se puede decir que son buenos con esta lluvia interminable que me obliga a gastar mis preciadas monedas en colectivos llenos de gente atérmica que aunque haga 30º C cierra las ventanas (empañadas) como si estuvieramos en pleno invierno solo porque "está lloviendo". Y por qué el plural en "días"? acaso son varios en uno, como el shampoo con acondicionador? El martes con el miércoles se fusionan acaso para formar el mamiertes?
En esta oportunidad voy a pedir la palabra para hacer una alegre descripción del entorno académico universitario. Por qué? porque soy parte de él y pude observarlo detenidamente, cual un explorador detrás de las palmeras en medio de la selva amazónica, esperando con ansias el apareamiento anual de las lombrices arauco-yareté.
Para empezar, podría decir que es complicado al momento de elegir qué establecimiento educativo nos dará el papelito rectangular con firmitas que acredita nuestros conocimientos en determinada materia. En particular en Argentina, a diferencia del resto del mundo, cuanto más demacrada es la estructura y cuanto más cerca a lo gratuito se encuentra la casa de estudios, mejor prestigio tiene. Digamos, se supone que si uno abona una cuota altísima en una universidad privada, el título debería tener un valor directamente proporcional, dado que la calidad de enseñanza se supone altamente superior.
Muy por el contrario en este glorioso banana-country, nos inflamos el pecho de haber concurrido a la Universidad Nacional de la ciudad de Calamuchita, por el solo hecho que es gratis. Si los techos se caen a pedazos, y la cantidad de estudiantes por aula triplica la cantidad de pupitres, entonces usted es mejor que el resto y puede mirarlos con soberbia desde esa tarima imaginaria que la cultura popular ha construído a tal fin.
Digamos que la gente de la UBA (Universidad de Buenos Aires) en particular tiende a esto, seamos sinceros, durante el CBC (una especie de "curso de ingreso pre-universitario") la mayoría de los estudiantes no entran en las aulas, si lo hacen, algunos permanecen de pie, y no solo eso, sino que las aulas son un poquito muy grandes, y dudo que puedan entender algo de lo que dice el docente a 2km. de distancia. Los exámenes son tantos y tan complicados para su corrección que evalúan utilizando el sistema de "Multiple Choice" (consistente en 4 respuestas opcionales a cada pregunta, si usted leyó algo muy por encima, se reducen a dos, y ya al azar tiene un 50% de posibilidades aprobar, la verdad que es la peor forma de evaluación existente, pero la más sencilla de corregir). Para colmo, a diferencia del resto de las universidades, cursará únicamente dos días a la semana (todo el resto cursa de lunes a sábado inclusive, pero claro, no existen, no son del selecto grupo UBAíco-intelectus)
Aparte, egresar de la UBA le da autoridad, por ejemplo, usted verá varios profesionales que en sus sellos aclaratorios ponen digamos algo así como: "BENITO CAMELAS - ABOGADO - U.B.A.", o sea, no es lo mismo que diga solamente Abogado, tiene que decir UBA al lado para que usted se convierta en un absoluto soberbio alcornoque.
También al ejercer la profesión puede ser que aplique su autoridad para excluír de forma discriminatoria a profesionales de otras instituciones que no lleguen a su altura, por ejemplo en un aviso clasificado al buscar un profesional puede poner algo así como "DISEÑADOR GRAFICO, Universidad de Cariló Abstenerse".
Más allá de esto, cabe hacer una breve descripción del círculo comunitario de futuros profesionales, dentro del mismo, podemos encontrar:
1-El típico hijo único que concurre a la universidad porque lo obligan los padres, pero en realidad no le interesa en lo más mínimo la carrera, entonces no lleva ni un bolígrafo, quizás una guitarra y un mate si, pero para anotar nunca nada eh...
2-La gente que empieza su 2da. o 3er. carrera universitaria, amantes del estudio y los libros, no siendo suficiente con tener una vocación, quieren dos. Trabajar es una palabra prohibida en su vocablo, intentan superarse siempre, pero en definitiva terminan desperdiciando los mejores años de su vida sin dinero en el bolsillo para aunque más no sea, salir a tomar una cerveza con los amigos. Probablemente cuando tengan tiempo libre y consigan el trabajo de sus sueños (v.g. mono malabarista con platos chinos y pinos en llamas del circo de Moscú), se sentirán que son demasiado para ello y renunciarán, concluyendo sus días haciendo algún curso de repostería para decorar las tortas infantiles de sus hijos -si Dios es tan misericordioso de permitirles engendrar una descendencia o intentarlo al menos-.
3-Aquellas personas de más de 40 años que arrancan la Universidad luego de unos 20 años sabáticos. Se toman tan a pecho el asunto que a veces desmoraliza, uno se siente un vago. Son las clásicas personas que tocan de oído algunos puntos de la materia, y suelen acotar a cada explicación docente (por ejemplo: Docente: "BUENO, LAS VACAS DAN LECHE..." Alumno: "AH, SI, YO VI EN EL '96 UN DOCUMENTAL EN NATIONAL GEOGRAPHIC DONDE LAS VACAS ERAN ORDEÑADAS CON UNOS ADMINICULOS EXTRAÑOS PARA EXTRAER LECHE DE SUS UBRES!". Son esos que cuando faltando 20 minutos para concluír la clase y el profesor tira al aire la frase "ALGUNA PREGUNTA, SINO YA NOS PODEMOS IR..." suelen tirar una pregunta bomba y clavan a toda la comunidad en el aula más allá de los benditos 20 minutos. Son esos que cuando se les encomienda la realización de un trabajo práctico, lo entregan antes de término haciendo quedar mal al resto de la comunidad chanta que no tiene tiempo ni ganas de terminarlo.
4-Las féminas seductoras, que con tal de aprobar la materia o hacer "buenas migas" con el docente masculino, se sientan al frente de la hilera de pupitres con una minifalda -o cinturón ancho- y un no tan discreto escote (que sumado al "push up" da la ilusión de Lia Crucet), jugando a las "Sharon Stone" (cuando todavía andaba potable che, no ahora que no vale ni un billete del Monopoly). En los días de exámen, el cinturón es más angostito y el push up queda a punto de estallar por el relleno de telgopor adicional.

Por suerte para el auténtico vago vividor, aún existen los trabajos prácticos en "grupo", pudiendo uno de esta forma abusarse incontables veces de la buena voluntad de sus compañeros ñoños/aplicados, no haciendo absolutamente ningún aporte para la confección de la labor, más que fumar unos 10 cigarrillos y tomar café instantáneo en exceso (desde su casa, porque reunirse para hacer algo es un terrible fastidio). Ah me olvidaba, tendrá que deletrear su apellido al que lo transcriba a la PC, eso sí, no sea cosa que lo dejen afuera.

Dentro del grupo docente universitario diría que también se pueden apreciar distintas categorías:
1-El que nos cuenta que enseña por "hobby" porque en realidad trabaja en forma encubierta para la NASA desde su sede en Buenos Aires y factura más que Microsoft, se la pasan llenándose la bocota de logros incomprobables de los cuales se jactan en cada clase, robándole el tiempo al alumnado, porque de contenido académico sus clases tendrán un 0.009% (según estadísticas del INDA - Instituto Nacional de Defensa al Alumnado). Por supuesto en el exámen harán preguntas muy profundas, y si usted responde de la misma forma en que él enseña, de seguro tendrá un bonito Nº 2 en su libreta.-
2-El que se hace el copado, habla con los alumnos como pares, sale con ellos fuera del aula a lugares nocturnos, hace bromas, regala caramelos, todo un dandy. A la hora del exámen parece que toma su lugar el gemelo malvado, ese que si no le contestas lo que dice el vigésimo cuarto párrafo del capítulo VIII del libro de vanguardia de la cátedra de pe a pa, te manda a casa sin más trámite.
3-El docente extra-fiaca, que opta por un sistema educativo "innovador" y obliga a los alumnos a preparar y dar las clases todos los días, mientras se sientan al fondo del aula y se prenden un puchito para acompañar el café.
4-El docente faltador, ese que va a la mitad de los días de clase, y si llega lo hace 1 minuto antes de que no cuente como inasistencia la partida del alumnado, obligando así a todo el mundo a quedarse en el aula haciendo absolutamente nada durante 40 minutos para luego irse o soportar una clase que poco y nada aportará a su sabiduría.
5-El docente soberbio, ese que pregunta al alumnado cosas que aún no ha enseñado (y que ni piensa hacer), a modo de ponerlos a prueba (creo que los ponen a prueba para ver cuánto pueden contenerse de arrojarle un libro por la cabeza), nadie podrá responder lo que pregunta -obviamente, si empezó ese mismo día el curso- y se jactará de la ignorancia de todos, menos de él, que es un gurú genio omnipotente "estudioso" de la materia (claro, es docente, y encima da los mismos contenidos en clase desde 1962, fuera de la Universidad, atiene la verdulería de la vuelta de su casa para ganar unos mangos más).-

Bueno gente, aquí concluyo el relato, espero sus agradables (y no tan agradables) comentarios, y si alguno se sintió identificado con esto, me alegro muchísimo, ojalá se mueran lenta y dolorosamente, SI! a usted le digo también, no mire para otro lado haciéndose el distraído que ya lo calé eh!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Espero que próximamente entres a describir en profundidad horrores tales como las sedes de la uba, los locales de fotocopias, los apuntes, los bares de estudiantes, el comedor ídem, las carteleras, los viajes en 67 (creo que ese era el Nº), las agrupaciones políticas que se desviven por obtener un sufragio de la plebe, (sigue existiendo franja morada??) etc. etc. etc.